En honor a la Palabra

by Javier Iván González

Hoy se celebra el día del libro, y no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar acerca del libro más importante, trascendente, impactante, transformador de toda la historia de la humanidad: La Biblia

No es novedad que a lo largo de la historia la Biblia ha sufrido embates. Actualmente es prohibida en muchos países. De primera mano, te puedo decir que mi cuñado, cuando tenía 13 años, corrió el riesgo de perder su libertad -incluso la vida- cuando con un grupo de misioneros trató de introducir un cargamento de Biblias a un país del Medio Oriente.

A muchos les ha costado la vida, literalmente. En la época de la Reforma -y en muchas otras épocas de la historia-, siervos de Dios murieron para que nosotros podamos tener una Biblia en nuestro idioma. Actualmente, hay personas que renuncian a su comodidad para invertir horas y horas en la labor de traducción para llevar la Biblia a grupos étnicos que actualmente no tienen el privilegio de tener la Palabra de Dios en su idioma.

Lo que sí sorprende (y al menos hablo en mi propia experiencia ya que muy probablemente esto no sea una novedad) es el hecho de que recientemente muchos cristianos han creado una falsa dicotomía entre Jesús y la Biblia. Muchas de sus frases suenan persuasivas, pero no dejan de ser sumamente peligrosas. Dicen, «Yo adoro a Jesús, no a la Biblia», «La Biblia se puede convertir en tu ídolo», entre otras frases similares. Obviamente nuestra adoración es solamente al único Dios verdadero. Podríamos hablar de Juan capítulo 1 para hablar de Cristo como la Palabra encarnada, pero quiero orientar mi comentario hacia otro aspecto. Estas frases, esta corriente, inclina a las personas a creer estas dos mentiras:

Mentira #1. Puedes llegar al punto de sobre-exagerar y sobre-enfatizar en cuanto al tiempo y aprecio dedicado a las Escrituras.

¡Esto es completamente falso! Si creemos que la Palabra de Dios es la ventana que nos permite conocer la gloria del único Dios eterno y digno de nuestra adoración, ¿a caso llegará el momento en el que «hayamos visto suficiente»? Si crees que se puede sobre-exagerar con la Biblia es quizás porque has creado una idea limitada de Dios. La idea se vuelve todavía más absurda cuando entendemos que la Biblia no es más que «las palabras que salen de la boca de Dios» (ver 2 Timoteo 3:16, Mateo 4:4) ¿A caso le puedes decir a alguien: «Estoy interesado en ti pero no estoy interesado en lo que me tengas que decir»?

Mentira #2. Nuestra espiritualidad y relación con Jesús puede subsistir a expensas de las Escrituras.

La noción de que la Biblia se pueda convertir en un ídolo es algo completamente absurdo. Lo que se puede convertir en un ídolo es «nuestra arrogancia intelectual» al crecer en el conocimiento bíblico, pero el problema no está en el énfasis en las Escrituras sino en lo torcido que está nuestro corazón. La Biblia es infalible, inerrante y es el único medio por el cual conocemos el camino a la salvación, porque esta es el medio por el cual conocemos al Salvador. (Romanos 1:16; Juan 5:39)

La Biblia es infalible, inerrante y es el único medio por el cual conocemos el camino a la salvación

Javier Iván González

Si crees que la Biblia no es perfecta, o peor aún, si crees que no es necesaria, estas abriendo la caja de pandora. El entendimiento de Dios, de Jesús, de la vida, estará sujeta a cualquier idea subjetiva. La idea de Jesús estaría subordinada al producto de la imaginación de cualquier persona, destrozando por completo todas las bases y certezas de la fe cristiana. En pocas palabras, sin la Biblia el cristianismo no tiene sentido.

Las buenas noticias son que por más esfuerzos que se levanten en contra de la Palabra, esta es inquebrantable e indestructible. ¡La Palabra seguirá corriendo por el mundo entero y nosotros podemos ser parte de esto!

Fundamento de la verdad y fuente de nuestro deleite

Debemos de honrar, amar y atesorar la Palabra, porque además de ser el fundamento de la verdad, es la fuente de nuestro gozo y deleite. «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!» (Salmos 119:103 NVI)

Interpretando correctamente las Escrituras

Si nos interesa la verdad, entonces nos importa interpretarla de manera correcta. Pablo le dijo a Timoteo: «Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.» (2 Timoteo 2:15 NVI)

Quizás no conozcas el término «exégesis» pero es algo que todo cristiano debe de considerar, esto es el proceso por el cual aplicamos herramientas para llegar a la interpretación objetiva del texto. No es la intención hablar de la hermenéutica en este artículo, pero de manera rápida, siempre piensa en el texto en su contexto y pregúntate: ¿Cuál era la intención del autor al escribir esto? Ya que como alguien dijo, la Biblia no puede significar algo hoy que no significó para los primeros lectores.

¡Esto no quiere decir que la Biblia no sea actual y aplicable! Recuerda que es «viva y eficaz», los principios de Dios, originales e inalterables, tienen la capacidad de transformar nuestra vida, confortar nuestra alma y guiar nuestro camino.

¡Que el Señor despierte un profundo aprecio por la Palabra!

 

 

 

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